La lengua es un renacuajo retorcido de gozo en el
rocío de mi poza.
El título es un hueco frío
Con hambre de rumbo y navío
Ruega ráfagas de eco sonoro
Al océano sordo y bravío
Precoz, perfil baldío.
Entiendo la nuca,
Se vuelve al único puente
que entero caduca
A la vista de un lucero en huelga.
Luce zanjas, viga ausente
cuando la cuerda sobra y cuelga
del recuerdo que enmudece la garganta
ante tan alta columna.
{Hice el juego, (hermanos)
O la trampa.
Escondí el cuerpo.
Escogí como rubrica los ruidos.
Arranque el huerto,
ahora regresa la horda.}
Un juego,
seduce
o la riza…
el viento a la ola.
No es el espumero (del mar)
que escupe
pudiendo marearme
o perderme
pero
perdona pudor
Pidiendo dejarme
o volverme
mar,
me vuelve
lluvia.
Si lloran (que no callen).
Que ya no llega
O
Llaga acuña
La llama en valle.
Una pared me dijo que soy la rata ciega que regresa al único sitio que alguna vez compartió sus desapercibidas miserias.
Que dependo del hábito inconsciente de quien olvida una migaja o desconsidera a quien la carece.
De la milenaria mala-maña
De la grieta
Que vieja, prieta y sucia:
Refugia una vida-
O ataja una plaga.
El espejo es una caja vacía,
Filo y reflejo
Verdad y falacia.
Una imagen cosida al vidrio y vicio pérfido perderse en sus luces:
Falso oasis.
El Derecho Involuntario
¿ Es la mesa servida, una sorpresa indispuesta?
Estorbas turbio miedo,
niebla al alba.
Sangre aclama acuerdo, Vicio viejo-
Un día cuerda acaricio.
A sorbos de asfalto,
faltos de agua.
(¿y a falta de pan)
¿o acaso muero?
Tu flor de ocaso.
Me persigue la palabra menos ostentosa,
La busco, vuelvo-
Me revoca.
Me pide sentencia
o estancia.
Si eres confuso- o te confundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario